Simon Zabell muestra su último proyecto expositivo 'Club Calypso' en el Museo de Nerja

11.01.2023

La muestra está  compuesta por 9 obras de pintura, 5 esculturas y diversos temas musicales

El Museo de Nerja acogerá, desde el sábado 14 de enero hasta el 12 de marzo, 'Club Calypso' de Simon Zabell (Málaga, 1970). Será la primera exposición individual de este prestigioso artista en el Museo de Nerja. La ambiciosa muestra exhibirá, en los 300 metros de la Sala de Exposiciones Temporales Ana María Márquez, una selección de 9 obras de pintura, 5 esculturas y diversos temas musicales realizados exprofeso por el compositor Craig Stuart Garner y el propio Simon Zabell. La exposición está comisariada por la galerista torroxeña María Rosa Jurado Sánchez de Eldevenir Art Gallery, quien ha planteado el proyecto seleccionando obras del proyecto más reciente del artista.

La producción de Simon Zabell está armada con la austeridad del barro, cosida con notas musicales, envuelta en la gestualidad del trazo domado hasta dotarlo de la forma precisa, y culminada con la vibración que fluye entre las piezas expuestas en esta sala del Museo de Nerja.

Las obras que ha producido Zabell para esta muestra emanan de la tradición, de la mística y de los ritmos, explorando los límites de los pigmentos, de la geometría, del volumen y de la percepción visual, creando un lenguaje propio protagonizado por la pintura, hablando de una escucha que se desplaza del fundamento (musical) a la superficie (sonora). Su particular lenguaje se construye con urdimbres y tramas duales: el fondo y la figura, la solidez arquitectónica y las vivencias íntimas, la textura matérica y las veladuras, la realidad y el ensimismamiento tras el trampantojo.

El vigor de la gestualidad de Simón Zabell, va dando paso a unas piezas rotundas, netas, limpias, donde el brío del gesto no desaparece, pero resulta sutil, contenido, esencial. La pureza o esencialidad de estas obras, su preocupación por la espacialidad desde un medio bidimensional como la pintura o la silente monumentalidad con la que afronta este proyecto, resumen con máxima intensidad la relación íntima que siempre ha tenido con la pintura, con la escultura y con la música. La experimentación con la esencialidad de formas y colores demanda una investigación en torno a lo escultórico y el espacio, desde su construcción hasta su ausencia, donde la geometría y la citada esencialidad describen un punto de encuentro: un monumento a la tradición y a su vigencia. Tradición, en este caso, en torno a los ritmos y a las arquitecturas vernáculas originadas en África. Son obras que, al igual que los primeros ritmos africanos, transmiten un intencionado sentido musical, una llamada al lenguaje sonoro intergeneracional que transita de continente en continente, creando una globalidad paralela que atiende al entendimiento entre culturas lejanas, una evocación de las tradiciones rítmicas orales inseparables de la danza.

Omnipresente, al fondo de la sala, como en un altar, y observándonos desde que hemos entrado, la obra The tower of Montevideo, cuya estructura nos habla de la solidez plataformada sobre las tradiciones y cuyo interior nos conduce a las vibraciones y resonancias vividas bajo la privacidad de los espacios íntimos. La gran pirámide, definitivamente, se adueña del cuadro. El color, la textura y los juegos de trampantojos conforman el todo, éstos últimos ascendidos a protagonistas en la jerarquía compositiva, vestidos de color y delineados con trayectorias sinuosas.

El fondo, de texturas visuales suaves y contrastadas, confiere una temperatura de color determinante y se encarga de acoger a todos los elementos, aportando unidad a la obra. El artista malagueño utiliza una alquimia de colores que nos recuerda los pigmentos utilizados por los primeros artistas; se apropia de los colores de la tierra para aflorar una sorprendente cartografía cromática con notas de tierra de siena tostada, rojo inglés o el blanco de titanio oscurecido con oro.

Por todo esto, esta exposición invita al paseo, a convivir con esta gran sala, y a reflexionar sobre un cuidado trabajo que muestra, sin efectos, la complejidad de una práctica artística evidenciada por una retina portentosa y por una mano movida por una destreza aprendida y transmitida a las nuevas generaciones de artistas.